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domingo, 16 de septiembre de 2012

Otro verano.

Un segundo, un respiro, un suspiro... El otro día mirando hacia el cielo, observando como bolas de fuego se elevaban hacia el cielo que explotaban en el horizonte, y caían como gotas de lluvia de miles de colores que se difuminaban a cada milímetro que recorrían, desapareciendo en el aire pensé que lo que más deseaba en esos instantes era que el mundo se parara por un momento, que se congelase el universo y que tuviera tiempo para darme cuenta de los detalles de aquel preciso instante, porque a cada año que pasa me doy cuenta de que el pasado no volvera, y no quiero que esto se cabe.


























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